
Por permitir que gente externa escuchara fragmentos de las conversaciones que la gente graba en su asistente digital Siri, Apple pidio disculpas a sus usuarios.
Una práctica que socavó sus intentos para posicionarse como un guardián confiable de la privacidad.
Ante la disculpa Apple informo que los audios grabados a través de Siri solo quedaran guardados si los usuarios lo autorizan.
Una vez con dicho permiso, Apple aseguró que solo sus empleados tendrán permitido revisar el audio para ayudar a mejorar el servicio. Anteriormente, la compañía recurrió a contratistas para escuchar algunas grabaciones.