Con la llegada de la Cuaresma, las costumbres culinarias en la región católica cambian a platillos que no deben contener carne rojo y blanca, debido a la abstinencia que se debe tener durante el periodo de Semana Santa.
Durante esta fecha las familias mexicanas suelen cambiar la carne por platillos como romeritos, mariscos, sopas y pescado.
Aunque la Biblia no habla de comer pescado en Semana Santa, esto se ha mantenido por tradición como especie de conmemoración a la pasión y muerte de Jesús.
Otros productos de origen animal que se pueden consumir son el huevo, la leche y la miel.